viernes, 3 de abril de 2009

UNA CONVERSACIÓN CON DOUGLAS OLMEDO

Presento a mis amigos la entrevista que me hizo Douglas Olmedo de CLIC Magazine el día 2 de abril del 2009, respecto a mi novela "La última vuelta de tuerca".

Una excusa para hablar de amor.

Por Douglas Olmedo (Fundación CLIC).
El escritor salvadoreño Hugo Villarroel Abrego presentará su más reciente publicación, titulada La última vuelta de tuerca. Titulado como médico internista, cardiólogo y ecocardiografista, el también escritor de 44 años abre una nueva página en su vida y nos presenta su visión sobre la importancia del amor en la felicidad de hombres y mujeres. La presentación de la obra se realizará el próximo martes 7 de abril a partir de las cinco de la tarde en el Restaurante Sal y Pimienta, ubicado en el Bulevar del Hipódromo Nº 572, colonia San Benito.
La última vuelta de tuerca es una novela salvadoreña de 372 páginas, impresa en El Salvador por Avanti Gráfica. S.A. de C.V., y cuenta con un tiraje de 1000 ejemplares. Esta publicación puede ser adquirida en la librería La Casita a un precio de $14.50 de dólar. Previo a la presentación del próximo martes, el Dr. Hugo Villarroel Abrego nos habla sobre su reciente propuesta literaria, donde algunos de sus amores no concretan su recorrido por la vida de manera satisfactoria, de ahí el nombre de su obra.
¿Cuál es el mensaje principal de su propuesta literaria?
Yo consideraría que es un pretexto para hablar de amor, porque todos los personajes en la obra se mueven dentro de una historia que tiene un marco temporal pequeño y un marco espacial grande, donde los personajes se presentan como menesterosos del amor. Se trata de personas que han amado y han vivido romances intensos sin la necesidad de que estos fuese fructíferos. Hablamos de amores de todo tipo que dentro de la visión actual de la sociedad, ortodoxa e hipócrita, son mal vistos por otros; hablamos de un amor entre personas del mismo sexo, pero también de la vivencia del hombre ante el amor a Dios y la concepción religiosa en su vida. En este sentido, el libro resume la visión de un narrador [en apariencia] omnisciente descriptivo e interpretativo pero que no es capaz de penetrar totalmente. Desde esa óptica, lo que estamos evaluando es cómo las personas en este entorno social están sufriendo, sobreviviendo y gozando alrededor del amor en todas sus formas. Este no es un amor necesariamente sano, porque nos acostumbramos a llevar las emociones al extremo, experimentamos con los sentimientos ajenos y tratamos de obtener el máximo beneficio o provecho posible de cada circunstancia… Es como si le diéramos una y otra y otra vuelta a la tuerca, hasta que llega el momento en que la tuerca no puede girar mas; y entonces, en un intento a veces insensato por lograr llevar las cosas al extremo, puede romperse el mecanismo o [dañarnos en] el intento. Es una situación hipotética donde se cuestiona qué pasa cuando llevamos todo al extremo, y donde se pone de manifiesto que persiste la tendencia humana de dar la ultima vuelta a la tuerca o de llevar las cosas un poquito más arriba; de ir superando nuestras hazañas, aunque estas sean estupideces, pero nos encanta una y otras vez ir forzando los mecanismos de las cosas.
¿Cuándo y dónde surge la idea de escribir esta obra?
Este libro comenzó a escribirse en septiembre del año 2003, en ocasión de un viaje que realicé a Europa. Este me sirvió para tener la perspectiva de cómo uno de los personajes más importantes veía a su propio país desde el extranjero. Aunque existieron otras versiones previas de la obra que nunca vieron la luz de la imprenta, y que sólo fueron revisadas por algunos amigos cercanos, [la novela] comenzó a tener forma definitiva como novela a finales del 2007.
¿Por qué la temática del amor?
Porque el amor lo llena todo. Cada día el amor juega un papel extraordinario en la supervivencia humana; creo que como criaturas biológicas seguimos vivos [gracias a él] o por lo menos es el amor lo que le da cierto sentido a lo que estamos haciendo. Durante años, en mi trabajo como médico, me he dado cuenta que muchas de las más graves dolencias que me ha tocado manejar no son necesariamente dolencias de tipo físico; sino que han sido enfermedades espirituales... La falta de amor, o cuando no existe un ambiente o escenario apropiado para que el amor florezca en forma más sublime. Digamos que ante estas situaciones uno va empezando a desarrollar cierta sensibilidad sobre ese punto. [Por ejemplo, qué pasa con] el amor hacia los mayores... Qué pasa con la vivencia de los padres en la medida que ven crecer a sus hijos, qué ocurre con todos esos hogares que están separados... Todas esas formas de amor y desamor son tratadas en la obra. Aquí hay amores que se encuentran con treinta años de atraso, algunos se van forjando en el camino, y otros por diversas circunstancias no se pudieron concretar en su momento. En otras palabras, por lo menos en mi vida, el amor es la cosa más importante y eso se traduce en lo que escribo. Además, este es un libro psicológico que tiene ciertas connotaciones de novela negra, pero no tiene una visión orientada a matar (desperdiciar) el tiempo [del lector], al contrario es un libro para leerlo [a] pausas. No es una lectura difícil, pero no niego que mi estilo tiende a ser un poco [...] poético. Sin embargo, he aprendido a domesticar esa parte de la pluma para volverlo accesible a un amplio sector de personas, sin perder el estilo propio.
Su trayectoria habla de más de quince años de ejercer como médico y como escritor.
Yo desempeño desde hace años muchas funciones dentro del qué hacer médico, la docencia y la disertación de conferencias a nivel nacional e internacional. Escribir para mi no es un desahogo, sino el resultado de influencias muy tempranas en mi vida, determinadas por una relación muy intensa, cercana y cómplice con mi madre. Los dos pasábamos mucho tiempo juntos con la lectura, de hecho los mejores tiempos de nuestra vida fueron precisamente leyendo; ella me enseñó a leer, me dio los primeros pasos y me cultivó esta afición, por eso es que escribir viene siendo como una necesidad orgánica al igual que respirar y comer. Actualmente, continúo escribiendo, me mantengo trabajado casi todos los días en diferentes proyectos. Escribo no por necesidad económica ni porque creo que la literatura vaya a suplantar mi profesión. Escribo porque si no lo hago probablemente tendría problemas de estabilidad emocional y esto es como mi válvula de escape para expresarme como ser humano. La ciencia me da un marco referencial muy frío y no tengo forma de manejar el aspecto emocional, en cambio la literatura es el vehículo de expresión para las personas. Por eso no es raro que muchos médicos, precisamente por la evidencia de ver a otros seres humanos sufriendo, se inclinen a buscar en la música y la literatura, un mecanismo de escape. De ahí que mi primer esfuerzo literario real comenzó con los estragos ocasionados durante los terremotos de enero y febrero de 2001 en El Salvador.
La última vuelta de tuerca fue presentada de manera exclusiva el pasado 25 de marzo en la ciudad capital. Posterior a la actividad del próximo martes 7 de abril, el Dr. Hugo Villarroel Abrego continuará trabajando en la producción de seis proyectos literarios, cuatro de ellos destinados al público infantil. El autor también ha escrito el libro En el nombre de David en el año 2004.